martes, 29 de enero de 2013

Notas musicales, suspensos vocales.

(Borrador)

Que le den por culo al mundo. A él no le importa si me hundo. Si he perdido el rumbo o el norte, si he caído alto o profundo. Este mundo de cobardes con bozales, no somos animales, no necesitamos cárceles, necesitamos modales. Un poco más de empatía, una pizca menos de odio. Más locura en las calles, menos cordura en el folio.  Sí, tengo el monopolio de los sabores amargos, de los tragos largos al ego, que escuece menos si lo bebo. No pretendo esclavizarte con cadenas ni dejar que te pudras en tus cárceles mentales mientras yo aparento estar serena. A quien quiero engañar. Aquí yo nunca fui la buena. Quizá hice locuras por amor, pero me haré la loca si me lo recuerdas.

Notas musicales, suspensos vocales. Decepciones en el folio o en la piel, esa es la clave. Mis puestas de luna y mis soles crecientes, no tienen nada que hacer cuando la locura está ausente.

Quizás mienten, o quizás callan. Solo sé que después de todo no tiro la toalla. Os pasasteis de la raya y solo lo pagué yo. Menos mal que la amistad era cosa de dos, y no un monólogo. Tu tan prólogo y yo tan desenlace. El destino no tiene gracia, lo que cuenta es el viaje. Quieres llegar lejos con tanto equipaje. LA vida no es barata, cada uno paga su peaje. Ponte traje y disimula las ojeras. Las apariencias cuentan, pero los días se restan. Quieres pasar el resto de tu vida echando cuentas y no te das cuenta de que al fin y al cabo, la muerte ya ajustará cuentas, y se acabó. Tengo que continuar, no puedo dejarlo, esta droga que es la música me ha atrapado en su encanto. No digo que sea buena, ni que merezca una medalla. Pero escribo porque si no el corazón me estalla. No me extraña que la gente diga: “Parecía un chico normal”. ¿Acaso os creéis que los malos tienen pintado en la frente “criminal”? Ya estoy harta de vuestros prejuicios y vuestra falta de juicio. De vuestras burlas, de vuestros miedos, de vuestros odios y vicios.

Notas musicales, suspensos vocales. Decepciones en el folio o en la piel, esa es la clave. Mis puestas de luna y mis soles crecientes, no tienen nada que hacer cuando la locura está ausente.

Que de tanto caminar bajo la lluvia se borraron los esquemas de mis noches en vela a la luz de las velas esperando a que pase la noche y vuelva el día porque por la noche nuestros peores temores nos espían. No quiero ser la niña que nunca se equivoca ni la que rompe a llorar por no romperte la boca, por no comerte la boca por no dejar mis alas rotas y parar de intentar volar cuando la altura es poca. No me derrotan las palabras, me vences los hechos. Esas miradas que se clavan en el techo. Esos ojos que ya no me dicen nada. Esas pisadas que antes oía y ahora no se escucha nada. Estoy cansada, de vivir y de estar muriendo. Acabaría con este sufrimiento, pero eso sería cobarde, y antes muerto. Si me equivoco que no digan que no lo intenté, que no me rompí la espalda por besarte otra vez. Por rozar esa piel que antes tan bien conocía, por no buscar esas sonrisas que me daban la vida. Si algún día te vas no me dejes una nota. Prefiero quedarme sola y loca a quedarme cuerda y rota.