martes, 19 de febrero de 2013

Vivo. Muero.


Vivo. Vivo de mis sueños y de las respuestas que creo que voy  a encontrar en ellos. Vivo dormida, aletargada, porque en el mundo hay demasiada belleza para alguien tan humana. Vivo. A veces el día y a veces de noche. Vivo por el miedo a morir, no moriré con miedo a la vida, eso seguro. Vivo, por cada lágrima que derramé y cada sonrisa que esbozo. Por levantarme del suelo tras caer en el pozo. Vivo, porque mis sueños algún día se hagan realidad, por quitarme la venda y llegar a conocer la verdad. Vivo cada día, aunque haya días que sienta que muero. Vivo aunque sepa que eso me llevará al agujero. Vivo por lo bueno, lucho por cambiar lo malo. Vivo cada día como si fuera un regalo. Qué más quisiera. Vivo encadenada a una rutina que me asfixia, rodeada de miradas que me acusan, rodeada de envidia y avaricia. Vivo porque le debo algo más a la persona que dio su vida por mí. Vivo porque aunque no lo demuestre, en el fondo sé que le debo la vida. Porque ella lo dio todo por mí algún día, aunque haya tirado la toalla. Vivo porque todavía hay gente que dice mucho cuando calla. Vivo por los que me señalaron con un dedo y se rieron de mí. Vivo porque mi único objetivo es ser feliz. Todo por una sonrisa, todo por un sueño que quizás nunca llegue a realizar del todo. Por soñar despierta y vivir un sueño cada día más incómodo.  Porque llegue un día en que mi vida deje de ser un monólogo. Vivo porque hay gente a la que un día le importé. Gente que decidió que merecía la pena apostar por mí, aunque ya no estén. Vivo porque hay gente que vive muriendo, y que mueren sin haber vivido. Por esas personas que han caído en el olvido. Porque la muerte es fácil, y la vida es un reto. Porque quiero ser feliz, feliz algún día, feliz por completo. Vivo tratando de no pisar a nadie. Escuchando el silencio que dejé cuando callé. Y si me caigo mientras vivo, lucharé por levantarme. Y si no es contigo, que sea sola, pero no será en balde. Pero a veces, solo a veces, quizá más que sólo a veces, muero.

Muero. Y muero cada día al ver la soledad que reina entre personas que se peinan para aparentar que son perfectas. Muero por el odio que respiro, por la contaminación que hemos creado, y el egocentrismo en el que hemos crecido. Muero al mirar atrás y ver la gente que perdí, esas personas que fueron algo y simplemente, no volví a ver junto a mí. Por todas las personas que me dedicaron una sonrisa y se rieron con mi risa y sufrieron cuando yo estaba en la cornisa. Muero por la prisa que mueve este mundo, por los relojes que hacen más ruido que todos nuestros latidos juntos. Por todos aquellos que siempre llegan tarde, pero muero aún más por todos los que correrán en balde. Muero cada segundo cada día y cada instante por la gente que se sube a los hombros de otro y se creen importantes, que se pisan para llegar alto, y acaban tirándose por la cornisa, muero por la caída en el asfalto. Muero por aquellos que tiraron la toalla y por todo aquel que no reunió agallas para elevar la cabeza. Muero por todos aquellos que viven con la certeza de que lo único importante es lo que tienes y no lo que dejas. Muero, porque vivo esperando la muerte y el día que vuelva a verte esperaré otra vez perderte, esa es mi condena. Vivo con miedo, muero cobarde y sola. Muero cada vez que me dices hola, y ni me miras. Nada importa. Eso decían. Pero todo importa en este mundo, nadie sabe qué rumbo tomar porque vivimos aislados, haciendo bulto. Muero por no ser quien quiero ser, por vivir en un eterno ajedrez, sintiéndome un peón de su juego.  Muero por ser joven y querer ser vieja, muero por ser vieja y querer ser niña, pero no me dejan.

Viviré hasta que muera y después espero seguir viva dentro de toda la gente que un día conocía. Moriré con la cabeza alta y sin lamentar ni un paso dado, sabiendo que mi vida no la manejaron vuestros sucios dados. No quiero ser perfecta en este mundo de cuerdos, quiero ser una loca con las ideas claras y unos bonitos recuerdos. Y si muero mañana espero que al menos mi ejemplo haya ayudado, y que te levantes de ese sillón tan cómodo, vago. Quiero que mires a las estrellas y no al suelo. Que andes buscando sueños, y no consuelo. Que mires hacia arriba buscando estrellas fugaces, que mires al cielo, y nunca agaches la cabeza al suelo buscando dinero. Lo importante no se ve, solo se siente. Así que cierra los ojos y nunca te dejes arrastrar por la corriente. Porque aunque todo parezca estar perdido y tu estés tirado en tu habitación llorando, seguro que hay alguien que te está esperando. Ama como si no hubiera un mañana. Vive como si la vida se fuera a ir con el final de la semana. No cometas errores tontos, no seas impulsivo. Piensa con la cabeza, y no con el ombligo. Llora si lo necesitas, ríe siempre que puedas. lucha por tener voz propia, y no apuestes tu vida a una moneda. Si nos quitan la voz, no nos queda nada. Aunque en el mundo que vivimos importa más la imagen que las palabras. Y es triste que tengamos que vivir siempre con miedo, fingiedo ser perfectos cuando nunca lo seremos. Cuanto más maquillaje más complejos, al final todos somos payason sin maquillaje, aunque nos negemos a verlo. Marionetas manejadas por modas, por tendencias, por olas, por masas de gente, por masas de gente boba. Parecemos ovejas, al redil sin rechistar. Pues yo no pienso pasar la vida viéndola pasar. La inocencia es un regalo, la ignorancia es un crímen, no contra otros, sino contra ti, es asesinar lo que nos hizo libres. Por favor, piensa, nunca cierres puertas, si quieres dale la espalda a lo que te hace daño, pero no te mientas: jamás serás perfecta, jamás serás feliz del todo, pero si quieres seguir ciega, no me preguntes por qué lloro.

Vivo porque no sé qué me espera ahí fuera, porque soy solo una niña a la que le gustan las risas y está cansada de penas. Vivo por salir de esta quimera, por dejar de rezar por alguien que no existe, y empezar a creer en mi propia calavera. Por creer en uno mismo cuando el mundo se vaya a la mierda y dejar de confiar en cruces de madera. Porque si perdemos la confianza en nosotros mismos depositándola en otros, acabaremos siendo presos de esas viejas fotos. Porque vivir con miedo es morir despacio. Cree en ti mismo y deja de pensar en vicios, lujos y palacios. Deja algo de espacio al corazón, los sentimientos no se compran con dinero, tampoco la razón. Muero por vivir con miedo a decir lo que pienso. Muero cada vez que me miras mal por lo que llevo puesto. Muero porque no puedes vivir sin dinero, sin criticar lo que yo espero, sin querer lo que yo quiero, ni retenerlo. Viví creyendo en que mañana amaneciera, en que la vida vale la pena y yo no soy una sirena, si continúo en este mar de lágrimas, acabaré ahogada en mi pecera. Eso no es lo que quiero, quién sabe si es lo que me espera.

martes, 12 de febrero de 2013

Tuyo.


(Borrador)
Nunca fuimos tú y yo, siempre fue tuyo: el amor que sentí y el folio por el que fluyo, el rencor que un día fui y el odio del cual huyo, nunca dejes nada al azar, que es un capullo. Harta de mirar por la ventana a ver las horas pasar, sintiendo que llego tarde aunque no haya plan, sintiendo que me esperan aunque eso haga que me desespere, caminando por este camino hasta que alguien me releve. Los problemas irrelevantes e convirtieron en guerras, guerras del odio, guerras del folio, guerras por dejar mella, querrás ser la estrella y tener el monopolio de las rimas que hoy yo canto como una sirena. Me envenena pensar que un día te irás, que me quedaré sola mirando atrás, esperando que vuelvas y me lleves contigo, esperando a alguien que se desesperó conmigo. Soy complicada, lo sé, nunca fue fácil, para seguirme el ritmo hay que estar ágil. No aprietes mi corazón, porque es frágil y gotea, como si viviera en un eterno Abril que nunca escasea. Mis ojos, un mar, tu reflejo un náufrago, que nada a la deriva presa del pánico. Atado a cualquier mástil por miedo a las sirenas, esclavo de aquella por la que un día habría dado su vida entera. No tengas miedo de la belleza que escondo, ten miedo del mal que guardo en el fondo. De los ojos de loca que un día admiraste, de la boca que profanaste con promesas de desgaste. Mis malas artes y tus malos modales, eterno cómplices, nuevo rivales, en un eterno “Todo vale”. Tus caricias y mis arañazos, a veces cuando necesitas amor te responden a cañonazos, latigazos a base de palabras que duelen, lápidas que sepultan y fiebres que se suben por las paredes. No estoy loca, estoy relativamente cuerda, y como todo es relativo, suma y sigue, igual concuerda.
Escribiendo con calor en los dedos y frío en el corazón, como aquel que sabe que se fue y se niega a decir adiós, como todos los ilusos e inocentes que se dan de bruces con un cristal transparente por falta de luces. Vivimos con prisa, y morimos igual. Acabarás llegando tarde hasta a tu funeral, aunque ya nadie espere verte llegar. Deja pasar el tiempo decían, las heridas curarán solas, aunque aún escocían. No pretendas que el olvido te de ventaja, no soy yo quien reparte esta baraja. 

domingo, 3 de febrero de 2013

Psiquiatra de cuerdos, aprendiz de locos.

(Frases borrador)
Respiro aire, entra en mis pulmones, siento sensaciones nuevas, cosas que jamás creí. Oigo voces, puede que en mi cabeza o en el exterior hoy siento como cada palabra me da coces.

No me roces, hoy no quiero ver a nadie, no quiero sentir caricias, no quiero ser amable. Basta, aléjate de mi mientras puedas. Cierro los ojos y que sea lo que yo quiera...

Buscando en vano, descansando en plano, subiendo a lo alto y cayendo desde arriba porque no me diste la mano. Sonando grave por la voz ronca que me deja el dejarme la garganta en cada queja que exhalo.

No quiero ser un ser humano, quiero ser yo. Una persona diferente, un corazón con voz. Una mañana de primavera, una canción, que deja que tu mente duerma, y despierta tu reloj.


Dejar de lado al que un día te dio la mano. Es fácil mirar por encima del hombro, lo difícil es prestarlo. Las sonrisas son bonitas por si solas, pero para ser feliz, hermano, has de buscar la belleza en la lágrima del que tienes al lado.

Psiquiatra de cuerdos, aprendiz de locos, esa soy yo. No me fascinan los esquemas ni vuestro estúpido roll. Los personajes plano son todos iguales. No me impresionan los buenos, los malos son más originales.

No me va el rollo cordura si me atan el corazón, si me dicen que me quieren diciéndome adiós. Intentaste que cayera en tu trampa, pero mi pequeño tramposo: nunca intentes mentir a un mentiroso.

Quitándome la venda de los ojos, la misma que utilizaste ayer para atarme las manos. Quiero salir corriendo, pero estoy cojo. Mis piernas ya no responden porque están llenas de gusanos.

Muerta no me queda nada, viva no se apreciarlo, en la tumba o en la cama, el tiempo no hay que malgastarlo. Negociando con mafiosos y corruptos en un mundo en el que no es más rico el que más tiene, sino el que hace más bulto.

La cultura a la mierda, los valores a la basura. Tu llora, reina, tu estupidez no tiene cura. Los sueños se volvieron pesadillas, las mariposas de mi estómago chillan, por estar estancadas en nuestra Sicilia.

Necesito salir de este agujero. Recuerdo estar en la playa cavando hondo, tan hondo que no veía el cielo, yo caí primero. Pero tú me copiaste, como siempre. Y ahora estamos atascados en este eterno Diciembre.

Necesito inspiración, una palabra, una canción, un solo verso, una rima, una prosa, una idea, para que el mundo salga ahí fuera y dejemos de guardar nuestros complejos y sueños en cajas de madera.

No creo en erradicar la maldad del mundo. Creo que sin mal no habría bien, pero igual me confundo. No creo en la fama ni el poder del dinero. No es más rico el que más tiene, sino el que sonríe sin factura, creo. 

Dejad de criticarme, no vale de nada. Os juro que para San Valentín tendré coartada.  No me quejo por vicio, peor odio por placer, ¿por el placer que me da verte caer del precipicio? Puede ser.

Empezaré desde el principio cuando llegue al final. Pero a mitad del camino no hay tiempo para rebobinar. No pienso pararme a pensar ni estoy en mi sitio, si cometí errores o si el disparo fue limpio, qué más da.

Dame coces, y tendré herraduras. Insultame, que me la suda. Ya aprendí a lidiar con la cordura. Háblame del hambre en el mundo desde tu Iphone cinco. Quedas más coherente como payaso de circo. Insisto.

Yo no cambio de tema, las circunstancias lo requieren. No pienso en protocolos cuando llueve, ¿tú sí? La belleza no conoce de normas, ni de leyes ni de gomas de borrar, entiende de magia y nada más, mejor así.

Llamadme loca, será un alago. No soy princesa de cuento, soy más tirando al malo. O la que se tira al malo, nunca me ha importado que pasara. Pero lo repito, para ese día tendré coartada.

Odiar es mi estilo de vida, que te joda, el tuyo.  No volveré a dejarme la voz por ningún capullo. Mientras tú te ahogas en ese vaso, yo fluyo. Como el que sabe que lo suyo es no rendirse y seguir. Yo no huyo.

Darme la espalda ya parece un acto involuntario. Que los te quiero lleguen con retraso, será culpa de horario. Tu retraso ya es para dar de comer a parte. Tú tan abecedario y yo tan aprende a amarte.

Amor propio y odio ajeno, misantropía como veneno. Mis antropías como temario y tus esquemas al fuego. No me identifican las palabras que escupo, ni las miradas que esculpo cuando no te mereces ni perder el juego.

Estoy fuera de los esquemas de la vida, de las hienas ya no soy ni comida, perdón por no estar muerta todavía, por no servir de cena a los que tienen la tripa llena y la mente vacía, aunque a rebosar de tanta tontería.