Respiro aire, entra en mis pulmones, siento sensaciones nuevas, cosas que jamás creí. Oigo voces, puede que en mi cabeza o en el exterior hoy siento como cada palabra me da coces.
No me roces, hoy no quiero ver a nadie, no quiero sentir caricias, no quiero ser amable. Basta, aléjate de mi mientras puedas. Cierro los ojos y que sea lo que yo quiera...
Buscando en vano, descansando en plano, subiendo a lo alto y cayendo desde arriba porque no me diste la mano. Sonando grave por la voz ronca que me deja el dejarme la garganta en cada queja que exhalo.
No quiero ser un ser humano, quiero ser yo. Una persona diferente, un corazón con voz. Una mañana de primavera, una canción, que deja que tu mente duerma, y despierta tu reloj.
Dejar de lado al que un día te dio la mano. Es fácil mirar
por encima del hombro, lo difícil es prestarlo. Las sonrisas son bonitas por si
solas, pero para ser feliz, hermano, has de buscar la belleza en la lágrima del
que tienes al lado.
Psiquiatra de cuerdos, aprendiz de locos, esa soy yo. No me
fascinan los esquemas ni vuestro estúpido roll. Los personajes plano son todos
iguales. No me impresionan los buenos, los malos son más originales.
No me va el rollo cordura si me atan el corazón, si me dicen
que me quieren diciéndome adiós. Intentaste que cayera en tu trampa, pero mi
pequeño tramposo: nunca intentes mentir a un mentiroso.
Quitándome la venda de los ojos, la misma que utilizaste
ayer para atarme las manos. Quiero salir corriendo, pero estoy cojo. Mis piernas
ya no responden porque están llenas de gusanos.
Muerta no me queda nada, viva no se apreciarlo, en la tumba
o en la cama, el tiempo no hay que malgastarlo. Negociando con mafiosos y
corruptos en un mundo en el que no es más rico el que más tiene, sino el que
hace más bulto.
La cultura a la mierda, los valores a la basura. Tu llora,
reina, tu estupidez no tiene cura. Los sueños se volvieron pesadillas, las
mariposas de mi estómago chillan, por estar estancadas en nuestra Sicilia.
Necesito salir de este agujero. Recuerdo estar en la playa
cavando hondo, tan hondo que no veía el cielo, yo caí primero. Pero tú me
copiaste, como siempre. Y ahora estamos atascados en este eterno Diciembre.
Necesito inspiración, una palabra, una canción, un solo
verso, una rima, una prosa, una idea, para que el mundo salga ahí fuera y
dejemos de guardar nuestros complejos y sueños en cajas de madera.
No creo en erradicar la maldad del mundo. Creo que sin mal
no habría bien, pero igual me confundo. No creo en la fama ni el poder del
dinero. No es más rico el que más tiene, sino el que sonríe sin factura,
creo.
Dejad de criticarme, no vale de nada. Os juro que para San
Valentín tendré coartada. No me quejo
por vicio, peor odio por placer, ¿por el placer que me da verte caer del
precipicio? Puede ser.
Empezaré desde el principio cuando llegue al final. Pero a
mitad del camino no hay tiempo para rebobinar. No pienso pararme a pensar ni
estoy en mi sitio, si cometí errores o si el disparo fue limpio, qué más da.
Dame coces, y tendré herraduras. Insultame, que me la suda.
Ya aprendí a lidiar con la cordura. Háblame del hambre en el mundo desde tu
Iphone cinco. Quedas más coherente como payaso de circo. Insisto.
Yo no cambio de tema, las circunstancias lo requieren. No
pienso en protocolos cuando llueve, ¿tú sí? La belleza no conoce de normas, ni
de leyes ni de gomas de borrar, entiende de magia y nada más, mejor así.
Llamadme loca, será un alago. No soy princesa de cuento, soy
más tirando al malo. O la que se tira al malo, nunca me ha importado que
pasara. Pero lo repito, para ese día tendré coartada.
Odiar es mi estilo de vida, que te joda, el tuyo. No volveré a dejarme la voz por ningún
capullo. Mientras tú te ahogas en ese vaso, yo fluyo. Como el que sabe que lo
suyo es no rendirse y seguir. Yo no huyo.
Darme la espalda ya parece un acto involuntario. Que los te
quiero lleguen con retraso, será culpa de horario. Tu retraso ya es para dar de
comer a parte. Tú tan abecedario y yo tan aprende a amarte.
Amor propio y odio ajeno, misantropía como veneno. Mis
antropías como temario y tus esquemas al fuego. No me identifican las palabras
que escupo, ni las miradas que esculpo cuando no te mereces ni perder el juego.
Estoy fuera de los esquemas de la vida, de las hienas ya no
soy ni comida, perdón por no estar muerta todavía, por no servir de cena a los
que tienen la tripa llena y la mente vacía, aunque a rebosar de tanta tontería.
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