Deberíamos
dejar de preocuparnos por el tiempo y su tic tac,
por el mundo y su Big Bang,
por la mente o el cuerpo.
Dejar de mirar atrás, parar de suspirar
pensando que
una vez fuimos perfectos.
Deja que te diga lo que pienso, lo que escribo, lo que
narro y lo que vivo,
lo que en sueños me persigue y las pesadillas que me siguen… cuando no estoy dormido,
por los sueños de madrugada, mis lágrimas almacenadas
en la almohada y lo nunca fuimos.
Deja que
coja aliento, que respire en este cemento que no para de asfixiarme por dentro.
A veces solo siento que las sonrisas van por dentro
y que cualquiera que lo
niegue es que nunca ha tratado de llorar sin ser descubierto.
Nuestras
partidas de ajedrez, nuestro mundo dando vueltas,
ya no se si nos falta un
tornillo o una tuerca.
La gente ya no es solo ignorante, la gente es terca.
Dispárame si quieres, pero nunca acertarás, porque nunca estás cerca.
Dando la
vuelta a los problemas como si fueran monedas,
apostarte la vida a cara o cruz
es lo que te queda.
Nunca me niegues que vivir cuesta.
Cada día un peldaño más
en esta escalera, y ya apesta.
Que te
apuestas a que puedo ganarte cerrando los ojos.
Las cosas complicadas dejaron
de ser cerrojos
cuando dejé de matar moscas a cañonazos.
No es agradable ver
mi mente echa pedazos.
Nada que
decir, nada que hacer,
nada por apostar, todo está por ver, déjame creer
que
algún día estarás tras esa puerta,
esperando que te grite desde dentro que está
abierta.
Aparentemente
miente pero no seas inocente:
una sonrisa se ve en los ojos, no es los dientes.
Puedes ser
un Joker con los labios, pero no con el corazón.
Aquí nadie sonríe sin razón, o
se arrepiente.
Cometimos
errores,
pero creo que el mayor de mis aciertos es saber que pudieron ser
peores.
No empeores situaciones con perdones que no sientes.
No demores esperas
que las penas a penas ya sienten.
Sé consciente o mantente consciente,
que la
conciencia es la ciencia de aquellos que se arrepienten.
No me dejes con la
palabra en la boca, ni la miel en los labios.
Ni con falsas sonrisas que al
final solo hacen daño.
Me trataste como basura, y quizá tuvieras razón.
Me sentía una mierda, pero te dejé y ya me siento mejor.
Me diste la espalda y eras quien la guardaba antaño,
no me digas que no sé lo que es el daño.
Llevo años llorando a solas por las noches,
cuando ni mi sombra es testigo del derroche
de las lágrimas perdidas y los náufragos hundidos
en tu mar de mentiras, entre sábanas de amores no correspondidos.
No finjas que me dejaste marchar,
porque ambos sabemos que me fui sin avisar.
Miénteme a
los ojos si te atreves,
si eres capaz de seguir firme viéndome llorar entre
luces de burdeles.
Acabé siendo como nadie esperaba,
respondiendo a preguntas
que nadie formulaba.
¿Loca?
Lo confieso.
Estoy loca por un beso, majareta,
pierdo la cabeza por volver a sentir eso.
Tú no me dejaste fría, estaba muerta.
No me mires así, que mi cuerpo no está en oferta.
Esperaste a que salieran
gusanos de mi cabeza,
pero salieron mariposas que frente a tu inmadurez ya
bostezan.
Harta me tenías de tener que ser la buena,
de parar cada pelea
poniendo mis principios en cuarentena.
Quizá fue la esencia de mi musa en
potencia
lo que hace que hoy tus cadenas cedan ante mi demencia.
No me
preguntes por qué hago esto,
por que escribo textos,
porque no estoy serena y
me conformo con mi mundo perfecto.
No me fabriqué unas alas para estar anclada
a un suelo de cemento,
los mejores consejos los guardo aquí dentro.
La vida es efímera: no dejes nada al azar, nada para mañana.
Nada en manos de la persona equivocada.
No juzgues por prejuicios, no mires con los ojos, sigue tus
instintos
y verás que el mundo es distinto.
Dejé de creer en las personas
cuando me demostraron
que, como los animales, fueron amaestrados.
Tras unas
normas, uniformes, reglas y porqués.
Dejamos de ser libres desde que somos
bebés.
Mírame a los ojos y dime que te arrepientes,
abre la boca y
deja de hablarme entre dientes.
Nadie dijo que fuera fácil amarte,
solo
esperaba no ser solo la siguiente.
Otra en tu lista de conquistas.
Te dejé mi
corazón sangrando en el suelo, como pista.
Aun así te despistas y piensas que
hay cien tías mejores.
Pero ninguna que sienta como yo sentí, y lloré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario